La reflexión de la semana…
A veces, nos desmoronamos. Y está bien. Piensa en un taco: se rompe, la tortilla se remoja, pero lo seguimos disfrutando. No deja de ser algo querido y valioso.

Esta frase, que encontré por ahí (no es mía y quizá ya la has escuchado), me hizo reflexionar sobre cómo los momentos de fragilidad también forman parte de la vida. Desmoronarse no significa perder valor; es simplemente un ritmo más en nuestra existencia.
Todos hemos tenido días en los que nos sentimos como un taco con la tortilla rota. Y si ese es tu día hoy, está bien. Mírate a ti mismo con compasión, y recuerda que todos –sí, incluso quienes más admiramos– hemos estado ahí.
Si necesitas un pequeño consuelo, ve por tus tacos favoritos. Quizá no reparen el día, pero seguro lo harán más llevadero. :)
PROCESOS
Hoy me sumergí en una tarea que, aunque no es mi favorita, terminó siendo bastante disfrutable: tomar fotos de las nuevas piezas que pronto promocionaré junto con mis colecciones anteriores.
Me propuse hacer la actividad en un par de horas, pese a mi estado de ánimo. Resultó que me sentí mejor al finalizar por el resultado.
Para quienes me conocen, esto no será una sorpresa: mi intensidad me llevó a pasar cuatro horas bajo el sol, probando diferentes outfits, maquillaje y combinaciones de piezas para encontrar lo que mejor las representara. Aunque claramente no soy modelo profesional (y sí, el cansancio es evidente en mi rostro), esta actividad terminó siendo un ejercicio creativo y personal—confieso que me da un poco de cringe publicarme a mi misma en redes, pero, todos lo hacen, ¿no?, es parte de la chamba, también.
Aún queda mucho por hacer: seleccionar las mejores imágenes, editarlas y pulir detalles. Sin embargo, estoy emocionada porque siento que logré algo importante: capturar los colores y la esencia de las piezas y mi marca en cada toma.
Les comparto aquí un adelanto de las fotos sin editar, pero vayan a seguirme en Instagram, donde estaré publicando toda la serie. (: