Para inspirarnos
En esta época que nos tocó vivir, hay mucho allá afuera: ya todo existe. Aún así, al atrevernos a hacer lo que nos gusta, nos damos la oportunidad de crear nuestra propia versión de aquello que nos gusta y eso genera valor a nuestro trabajo.
Les había platicado anteriormente de mi interés repentino y un tanto aleatorio en el arte del collage, por ello esta semana les comparto el trabajo de Giovanna Tommasi.
Ella es una morra que conozco desde niña y aunque pocas veces cruzamos palabras, su trabajo está en mi mente (y en mi feed) de manera constante durante los últimos años. Me encanta ver cómo ha sido su evolución creativa y cómo ha ido adaptando sus intereses a este mundo tan cambiante.
En pocas palabras, su trayectoria es para mi un ejemplo más de cómo el camino se va forjando mientras trabajas en lo tuyo y, de las opciones que tenemos los creativos para vivir de lo que nos apasiona.
Ella trabaja el collage y me encanta el humor que aplica, la conciencia y la adaptación de sus imágenes y frases. Me gusta su estética, los colores y las escalas que utiliza. Ha trabajado con diversos artistas, músicos y ademas tiene su propio podcast, La Cherripai. Vayan a seguirla.
PROCESOS
Si me hubieran dicho en enero que a estas alturas del año estaría preparándome para vender mis piezas el fin de semana, hubiera estado muy nerviosa todo el año. Me sorprende mucho en verdad estar tan tranquila, confiada y relajada.
Me tomé una pausa para escribir estas lineas que llegaron a mi mente mientras acomodaba las cosas para subirlas al auto; todas las partes del mueble, el cuaderno, la terminal, manteles y todo lo necesario para montar mi stand en el pop up del fin de semana, y debo reconocer que esto se siente muy normal.
Debo confesar que llevo meses, sino es que años pensando que el siguiente paso en mi negocio es participar en distintos bazares, y me aterraba la idea de hacerlo sola.
La parte administrativa y el trabajo que se requiere antes y después es lo que a la fecha también me representa un reto. No me lo tomen a mal, pero requiere mucha concentración de mi parte y por alguna razón (que honestamente se la adjudico a mi personalidad), yo lo vuelvo muy engorroso y complicado, sobre todo para quienes sí le saben a eso e intentan ayudarme.
Muchas, MUCHAS gracias a esas personas. <3
Es la segunda ocasión y la última del año en que participo en una feria de diseño y mi intención es darme el tiempo para organizarme y empezar de lleno con este tema el próximo año. Creo que estos espacios son una gran oportunidad para creadores, no sólo para exhibir nuestro trabajo, sino para practicar nuestro Speech y ver qué funciona y qué no, en lo que nos hacemos grandes.
Alguna vez les comenté que tuve una marca con una amiga de diseño de objeto y nuestro modus operandi era trabajar entre semana y participar en distintos puntos de venta y ferias de comercialización de diseño los fines de semana. O sea que este trajín, ya me lo sé.
Me siento tranquila, y estoy muy agradecida con mi experiencia pasada, porque hacerlo sola era algo que me imponía, sin embargo ahora que llegó el momento estoy más que bien, pero confieso que me sorprende la nostalgia que siento.
Empacar las cosas y saber que es lo mismo de antes, pero no lo es realmente.
No sólo ahora no estoy con ella, sino que hoy veo lo que esa experiencia me aportó y, sobre todo, el camino que me mostró y que hoy puedo aplicar para darme la oportunidad de hacer eso que me gusta, pero a mi manera.
Se que todo saldrá bien, a veces nos tomamos la vida, nuestro trabajo, las reglas, opiniones y experiencias nuevas, muy en serio. Todo es lo mismo, pero diferente y, al final, está bien porque ahora es mi responsabilidad adaptarlo a mi gusto y a mis necesidades y la verdad, estoy muy agradecida conmigo misma.
La reflexión de la semana…
¿Qué haces cuando duele?
Esta semana he trabajado en mi misma con respecto a este tema y he intentado frenar un poco más de lo normal, sobre todo porque he detectado que me hace falta hacerlo.
No es novedad que he encontrado paz interna al trabajar en mi persona, me gusta y los últimos años he recuperado gran parte de la confianza en mi misma y en mis proyectos, también he aprendido a reconocer y ubicar mejor mis áreas de oportunidad o defectos y también me ha dado mucha claridad en cuanto a cuáles son mis responsabilidades ante las situaciones que duelen.
Healing begins when we stay present with our sensations and emotions, by owning our experience instead of asking someone else to fix us.
— Sheleana Aiyana
De entrada, es necesario detenernos en cuanto empieza a doler (aún un reto para mi) y así, poder analizar qué es aquello que provoca ese dolor, observar nuestra experiencia física y emocional.
Al observar la experiencia, en lugar de correr a alguien para que nos salve de la situación dolorosa, construimos la confianza para expresar nuestras necesidades de una manera más serena. En lo personal, para mi ha sido necesario tomarme unos días para entenderlo bien, incluso si no logré darme ese momento.
Confieso que con un poco de práctica (y varios años en terapia) he descubierto que esta práctica tiene su lado liberador:
De entrada al detenerme a observar, abro el espacio para cuidar de mi… cosa que para mi es una novedad.
Puedo detectar el origen de eso que hace que duela: si el origen es interno (una idea o emoción) o algo externo (un comentario o tráfico) y lo más importante: qué opciones tengo para hacer algo al respecto.
Empodera. El abrirme a mi el espacio para observarme, me da el poder de cambiar, solucionar, disculparme o comunicar lo que sea necesario y si no, ayuda a deslindarme de la carga de una responsabilidad que no es mía, si es que esa es la situación.
Me entiendo mejor y cuando se trata de algo interno, puedo tener mucha más serenidad al comunicar de manera más óptima aquello que duele. Si no lo es, puedo detener mis actividades e ir por algo de comer, si lo que tengo es hambre.
Para mi sorpresa, también se ha convertido en una responsabilidad el comunicar si algo duele, es un proceso y cabe recalcar que no siempre lo logro, sin embargo, ahora se también que cuando no lo hago, muchas veces es por miedo.
Como digo a menudo, todo es un proceso, pero me atrevo a decir, que sigo trabajando en ello.